Como hemos visto en artículos anteriores, el reciclaje es fundamental para la conservación del medio ambiente y para crear un entorno más sostenible. Por ello, es importante entender los tipos de reciclaje y su clasificación. Cuando los materiales son desechados, procesados y transformados, se obtiene la materia prima, que se utiliza en nuevos procesos de fabricación.
De esta manera, el reciclaje ayuda a contribuir en el proceso de eliminación de los residuos, a ahorrar en los procesos industriales y a reducir la explotación de los recursos naturales.
Para ello, cada material reciclado pasa por un proceso de reciclaje diferente. A continuación, hablaremos de los tipos de reciclaje que existen, en qué consiste cada uno de ellos y la manera correcta de deshacerse de los residuos que generamos.
Tipos de reciclaje:
Mecánico: Se utiliza para separar los materiales, es el método que se suele usar para el reciclaje del plástico. Incluye un trabajo manual auxiliado por maquinaria. Consiste en recoger el material, limpiarlo, trocearlo, lavarlo de nuevo y enfardar.
Químico: Consiste en degradar el material para conseguir moléculas más pequeñas y así darle una nueva vida. Esto se puede hacer mediante métodos como:
- Pirólisis: Altas temperaturas en ausencia de oxígeno.
- Hidrogenación: Altas temperaturas en presencia de hidrógeno.
- Gasificación: Altas temperaturas y cantidades controladas de oxígeno.
- Craqueo: Altas temperaturas y catalizador.
Reciclaje energético: Los residuos que no se pueden reciclar se aprovechan como combustible en grandes hornos.
Material Reciclado
Reciclaje del plástico
El plástico es uno de los residuos que más pueden dañar el medio ambiente si no se recicla debidamente, ya que cuando es liberado en la naturaleza puede tardar más de 200 años en degradarse. Por ello, es necesario reciclar para contribuir a preservar nuestro planeta.
El proceso de reciclaje del plástico consiste en recolectar el material, seleccionarlo y clasificarlo. Por último, se limpia y se trocea para que finalmente se procese para su fundición. Después de este proceso, el material reciclado obtenido se utiliza como base en la fabricación de nuevos objetos.
Reciclaje del papel
El papel es un material que se degrada de forma más rápida que el plástico, pero es igual de importante su reciclaje ya que la materia prima que se utiliza para su producción es altamente dañina para el planeta. En el proceso de reciclaje del papel, éste se tritura y se somete a tratamientos para que sus fibras se conviertan en pasta de papel. Esta pasta se convierte en materia prima en el proceso de fabricación de más papel.
Reciclaje del vidrio
El vidrio puede ser reciclado y reutilizado tantas veces como sea necesario sin perder sus características o sus propiedades. Por ello es probable que sea el material reciclado que tenga una mayor longevidad. Cuando se lleva a cabo el proceso de reciclaje del vidrio se ahorra hasta un 30% de energía. Esta energía se utiliza en la producción de vidrio nuevo. Cabe destacar que el vidrio es un material más costoso que el plástico y el papel.
Proceso de reciclaje del vidrio:
- Una vez el material llega a las fábricas, se separa según el color.
- Posteriormente, se descarta todo el material impropio, que no es reciclable.
- Seguidamente, el material separado se tritura y se convierte en polvo.
- Por último, se somete este polvo a altas temperaturas y se le añaden otros componentes para que se calcine.
Reciclaje de baterías y pilas
El reciclaje de baterías y pilas es fundamental cuando hablamos de cuidar el medio ambiente, ya que suelen estar hechas con materiales contaminantes, como por ejemplo metales pesados y otros compuestos tóxicos.
Dichos compuestos son muy nocivos si se liberan en la naturaleza. Por ello, al reciclarlos, logramos dos ventajas esenciales: evitamos que dichos componentes lleguen a contaminar la naturaleza y se ahorra en los procesos de fabricación.
Tipos de contenedores de reciclaje
Según Ecoembes los contenedores están clasificados en 5 colores.
- Amarillo: envases. En este contenedor se depositan botellas, envases de plástico, metálicos y briks. Todos los productos deberán ser desechados limpios. En el contenedor amarillo no deben depositarse juguetes, biberones o utensilios de cocina.
- Azul: papel y cartón. En este contenedor deben depositarse productos como envases de alimentación, cajas de cartón o papel de uso diario. Los desechos como servilletas o papeles que estén sucios deben ir con los desechos orgánicos, en el contenedor marrón.
- Verde: vidrio. En el contenedor verde se deben tirar botellas, frascos y tarros de vidrio. Los envases hechos de cristal, como por ejemplo bombillas, espejos, vasos o vajillas, deben llevarse a puntos limpios o a centros de recogida, y no tirarse en este contenedor.
- Marrón: orgánico. En este contenedor deben depositarse los restos de alimentos, plantas, cáscaras y papel de cocina usados. Todos los restos depositados en el contenedor marrón servirán para hacer compost que se usará como fertilizante y como generador de energía.
- Gris: residuos no reciclables o desechos. Este contenedor está destinado para todos aquellos residuos que no se pueden reciclar ni usarse para hacer compost.
Como hemos indicado más arriba, algunos materiales no deben ser desechados en ningún de los contenedores. Por ello, hay puntos limpios para la recogida de dichos materiales, como maderas, aceites, dispositivos electrónicos, etc.
Aunque existen más tipos de reciclaje estos son los más utilizados por los individuos en el día a día, y, por ende, es la manera más sencilla para que cada uno de nosotros pongamos nuestro granito de arena en la conservcaicón del medio ambiente.
En definitiva, reciclar es un acto sencillo que nos ayuda a ahorrar recursos, reducir el consumo de energía y proteger la naturaleza.