La Ley 7/2022, de 8 de abril del 2022, de residuos y suelos contaminados (“LRSC”) incorpora un nuevo Impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables (que se encuentra dentro de la categoría de impuestos “verdes” o “medioambientales”); que entrará en vigor el próximo 01.01.2023.
El impuesto grava la fabricación, la importación y la adquisición intracomunitaria de los siguientes productos:
- los envases no reutilizables que contienen plástico
- los productos plásticos semielaborados destinados a la obtención de envases
- los productos que contienen plástico destinados a permitir el cierre, la comercialización o la presentación de envases no reutilizables.
El tipo impositivo del IEEP se configura como uno tipo “ad quantem”. Esto que quiere decir que no se utilizará su valor económico, sino el peso del plástico no reciclado expresado en kilogramos, aplicándose un tipo fijo de 0,45 euros.
Consecuencias
Productos como la mantequilla, la pasta, las salsas, las legumbres, la carne, el yogur, algunas hortalizas, el queso, el café, el aceite de oliva, las pizzas, platos preparados, y muchos otros, llegan a los hogares desde el supermercado envasados en plástico. Estos automáticamente se desechan y al que no se le da ningún otro uso; un plástico por el que habrá que tributar a partir del 1 de enero de 2023 siempre que no haya sido reciclado. Como se ha mencionado anteriormente, se pagarán 0,45 euros por kilogramo (kg) de plástico no reciclado. Esta categoría de impuestos va dirigida a fomentar la economía circular en el ámbito del plástico.
La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) calcula que el impuesto al plástico de un sólo uso tendrá “un impacto directo en las compañías del sector de alrededor de 690 millones de euros”.
Lo cierto es que desde 2021 los Estados Miembros de la UE ya vienen obligados a ingresar al presupuesto de la Unión 0,80 euros por cada kg de plástico que no se recicle, por lo que España recuperará parte de este importe a partir de la entrada en vigor de estos nuevos tributos.
Conclusión
A pesar de que aparentemente la regulación del Impuesto sobre Envases de Plástico tiene una estructura sencilla, su aplicación práctica es más compleja de lo que parece, ya que exigirá cambios en los sistemas de gestión de las empresas.
Se trata de un impuesto con amplia repercusión, que afectará no sólo a las empresas dedicadas a la fabricación o distribución de envases, sino a cualquier importador o adquirente intracomunitario de envases plásticos (con o sin contenido). Por lo que será preciso un análisis individualizado del impacto material y formal de estas nuevas disposiciones en los negocios y cadenas de distribución.
Fuentes: Cuatrecasas ESG & Kreston Iberaudit
